Entender el arte urbano
Doce horas de clase teórica con Javier Abarca
5–8 marzo 2018, 16:30–20h
Facultad de Bellas Artes, Universidad Complutense de Madrid
Entrada libre
El arte urbano parece un fenómeno reciente, pero sus primeras manifestaciones se remontan al menos a los años sesenta. Este curso ofrece un recorrido histórico de la corriente, desde sus furtivos orígenes hasta los actuales murales institucionales, y analiza a fondo los valores y los resortes que hacen única a esta forma de arte. Las clases están diseñadas e impartidas por el reconocido investigador y docente especializado Javier Abarca.
Cuándo: Del lunes 5 al jueves 8 de marzo, de 16:30 a 20h (con un descanso de media hora).
Dónde: Salón de actos de la Facultad de Bellas Artes, Universidad Complutense de Madrid. Calle Pintor el Greco 2. Metro Ciudad Universitaria.
Inscripción: El curso es gratuito. Es necesario inscribirse escribiendo a inscripcionesext@ucm.es con el asunto “Inscripción al Curso AC04 Entender el Arte Urbano”.
Financian: Vicedecanato de Cultura, Biblioteca y Departamento de Dibujo I de la Facultad de Bellas Artes UCM. Colabora: Jeco materiales de Bellas Artes.
PROGRAMA:
Antecedentes ignorados: los años 60 y 70
En la década de 1960 tácticas como la performance o el land art permitieron a los artistas romper con las formas convencionales de arte. De este impulso surgieron también numerosos experimentos que hoy llamaríamos arte urbano. Recursos y técnicas que aparentan ser hallazgos cruciales de la presente generación fueron en realidad investigados a fondo durante los sesenta y setenta por artistas aislados.
La primera oleada: los años 80
La primera oleada de arte urbano surgió en los ochenta, a partir de la confluencia del arte contemporáneo con la publicidad exterior, el graffiti y el punk. En esa década se desarrollaron escenas de arte urbano en diferentes ciudades, las más fuertes en Nueva York, París y São Paulo. Sin fotografía digital ni internet las posibilidades de propagar y compartir imágenes eran infinitamente más limitadas que hoy, lo que impidió la interconexión entre las escenas locales y causó un fin temprano de la corriente.
Pioneros aislados: los años 90
Los noventa fueron años de inactividad, con la excepción de unos pocos artistas aislados. Los más significativos fueron los norteamericanos Revs y Shepard Fairey, que desarrollaron en esos años un intensísimo y visionario trabajo que conformó buena parte del andamiaje de la práctica del arte urbano en la siguiente década. Por otro lado, en los útimos noventa algunos escritores de graffiti decidieron prescindir de las letras y experimentar con la propagación de imágenes, comenzando así a dar forma a lo que sería la gran oleada del arte urbano.
La gran oleada: 2000-2010
Durante los primeros años del siglo XXI la generalización de la fotografía digital y las conexiones de banda ancha facilitó el resurgimiento del arte urbano, ahora como una enorme escena global estrechamente interconectada. Esta clase estudia la evolución de la escena y observa algunos de sus artistas más significativos. A través de sus obras analiza los mecanismos que caracterizan la práctica del arte urbano y las dimensiones de la experiencia de quien lo observa.
Trabajando con el contexto
Casi todo el arte urbano es gráfico y toma la forma de intervenciones encadenadas con las que el artista propaga su identidad visual. Más allá de esto, existe una minoría de artistas que prescinden de la identidad y la serialidad, y se limitan a producir obras site-specific (concebidas para contextos concretos), independientes entre sí y anónimas. El énfasis en la idea y el análisis sitúa estas prácticas cerca del arte contemporáneo.
Del arte urbano a los murales, ¿qué hemos perdido?
Los grandes murales institucionales que se han hecho habituales en la presente década suelen ser llamados arte urbano. Este uso del término crea confusión, dado que existen diferencias claras y fundamentales entre estos murales y las obras a las que llamábamos arte urbano en la década pasada, más pequeñas y producidas sin permiso. Esta clase analiza las diferencias entre estas dos prácticas y es al tiempo una descripción detallada de las cualidades que hacen único al arte urbano no oficial.